30/4/15

Breve y parcial crónica del 18º Festival de Málaga (2/2)

Poster Muchos pedazos de algoLa tarde de mi segunda jornada en el Festival de Málaga arrancó con Muchos pedazos de algo, una película presentada en la sección Zonazine que en su cartel presume de ir sobre lo que significa ser joven y estar jodido en los tiempos de crisis que corren. Ya en los títulos de crédito, acompañados por imágenes del movimiento 15-M, se notan las intenciones de ser un retrato generacional de los jóvenes de hoy en día, desencantados con el sistema, mejor preparados que nunca, pero con escasas salidas laborales, a no ser que la migración forme parte de los planes.

Muchos pedazos de algo

Las intenciones de la película y del equipo capitaneado por David Yañez son buenas, pero no se puede hacer algo verdaderamente destacable sólo con buenos propósitos. Y es que Muchos pedazos de algo resulta ser una película sobre los líos amorosos de un grupo de amigos que pasan una semana en el festival de música Pirineos Sur: Que si Fulanito está pillado por Menganita y Menganita acaba de romper con su novio porque se va a Londres, que si la Lolita de turno está detrás de Fulanito, que si la mejor amiga de Menganita se lía con el ex de ésta… y así se acaba convirtiendo en el piloto alargado de una serie cuyos personajes nos importan un pimiento. Ni rastro de los efectos de la coyuntura económica más allá de quejas del tipo “¡Es que con la crisis y sin experiencia no me dan trabajo en ningún lado!”. Y encima, al final de la película hay un ‘cliffhanger’ junto a un código para que sigas la historia a través de su página web; como si nos hubiéramos quedado con ganas de más. Y todo ello rodado en elegante blanco y negro, pero salpicado con pantallitas de mensajes de móvil a todo color. Pues vale. Seguro que tienen mucha ilusión y talento pero deberían canalizarlo de mejor forma.

Poster Pos EsoLa rueda de prensa a posteriori se concentró en criticar la situación actual del país, o al menos la parte que presencié, porque al dar tantas vueltas en lo mismo me salí a mitad. Tras realizar una entrevista espontánea para un programa de TV Aragón, en la que hablé hasta de las ventajas fiscales de rodar en las Islas Canarias, entré de nuevo al cine Albéniz para ver Pos Eso, película de animación de plastilina que se estrena hoy mismo en algunos cines españoles. La película, dirigida por Sam (tal cual), es la historia de La Trini, una popular y mediática bailaroa de flamenco que, tras la muerte de su marido torero, sufre la conducta extraña y violenta de su hijo, que parece poseído por el diablo.

Pos eso

¿Les suena de algo? Pues sí, Pos Eso es una especie de biopic encubierto de Isabel Pantoja cruzado con la trama de El exorcista. La película contiene tanto momentos paródicos de la prensa rosa nacional, con aparición de Belén Esteban incluida, como momentos de puro gore que harán las delicias de los amantes del terror desde la serie B hasta la Z (obviamente, no es una peli para niños). La cinta arranca muy bien, con un falso documental de la vida de La Trini, pero va perdiendo fuelle por el camino. Primero, porque Sam no acaba de controlar el ritmo de la narración, segundo, porque hay algunos gags que no funcionan por ser demasiado obvios, y tercero porque el circo se alarga demasiado en su último acto y se desparrama demasiado. No obstante, tiene momentos inspirados, el elenco de voces es de primera (Anabel Alonso, Santiago Segura, Josema Yuste…) y la animación está cuidada al detalle, salvo por los añadidos hechos por ordenador.


El sábado no vi ninguna película. Fue el día del anuncio del palmarés que, como ya les comenté en la entrada de ayer, encumbró a la película de Daniel Guzmán, A cambio de nada, con los premios a mejor película, director, actor de reparto y el de la crítica. Mientras se publicaba el palmarés, coincidí en un ascensor durante medio minuto con la mismísima Isabel Coixet y presencié una entrevista que realizó mi compi Jose Cabello a Jonás Trueba, en la terraza del hotel donde se alojan los invitados del festival. En cuanto Cine Divergente publique la entrevista la enlazaré por aquí ¡Que yo le hice dos preguntas!


Poster Techo y comidaDurante el domingo se proyectaron las películas que habían ganado en las categorías más importantes, así que aproveché para ver Techo y comida de Juan Miguel del Castillo, que ganó el premio del público y el de mejor actriz para Natalie de Molina. La joven encarna a Rocío, una madre soltera de 25 años de Jerez de la Frontera que no consigue encontrar trabajo, no recibe ningún subsidio, está ahogada de deudas y su casero la amenaza continuamente con echarla a la calle si no le paga los alquileres atrasados. La muchacha sólo se mantiene con trabajos ocasionales mal pagados y vendiendo en el top manta objetos que se encuentra por ahí.

Techo y comida

A punto está Techo y comida de convertirse en la Precious española. A la pobre chica le pasa de todo lo posible sólo lo peor, y los secundarios están muy predispuestos a ser malvados y egoístas para enfatizar el aislamiento en el que está sumida Rocío, salvo por una amable vecina. Buena culpa de que la película no se convierta en un vehículo plano de denuncia social la tiene la portentosa interpretación de Natalia de Molina, totalmente exenta de la luminosidad con la que la descubrimos en Vivir es fácil con los ojos cerrados, y momentos brillantes de gran calado emocional como cierto abrazo durante el gol que le brindó el Mundial al equipo de fútbol español; pan y circo para que la ciudadanía aparte la vista de los auténticos problemas del país. Al final de la película, el director vuelve a optar por el subrayado con una innecesaria pregunta retórica, porque ya estaba todo dicho en la mirada indefensa de su heroína. Aún no tiene fecha de estreno.

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Y hasta aquí este incompleto reportaje sobre el Festival de Málaga. Me ha dejado muy buen sabor de boca porque a pesar de la importancia que le da la organización del festival a la presencia de “estrellas” del cine español para que se paseen por la alfombra roja y capten la atención de la prensa y los fans adolescentes, es un certamen cercano y accesible, muy bien organizado, con un gran catálogo de proyecciones y eventos, asequible para el bolsillo y sin colas ni grandes tumultos. El que la gran mayoría de producciones de envergadura prefieran reservarse para San Sebastián lo convierte en una suerte de Sundance mediterráneo en el que, desafortunadamente, la calidad no impera en la selección de películas, aunque yo he tenido la suerte de ver las más destacables (A cambio de nada, Los exiliados románticos y Techo y comida).  Yo espero repetir, y será para disfrutar del festival de principio a fin.

ACTUALIZACIÓN: Entrevista a Jonás Trueba por José Cabello de Cine Divergente: http://cinedivergente.com/entrevistas/jonas-trueba

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