28/10/14

El último vuelo

Poster El viento se levantaEl visionado de El viento se levanta trae consigo una carga de tristeza añadida al saber que se trata del último trabajo de Hayao Miyazaki, quien anunció su retirada del cine durante la presentación de la película en el Festival de Venecia. Y si a eso le añadimos el cese temporal de la actividad del Studio Ghibli para someterse a una reestructuración, podemos decir sin lugar a dudas que no son buenos tiempos para la animación nipona. El consuelo que nos queda es el de poder recuperar y revisitar el estupendo catálogo que nos ha dejado Miyazaki y el estudio que fundó.

El viento se levanta

El viento se levanta gira en torno a Jiro Horikoshi y a las dos pasiones que tuvo en su vida: la aviación y su esposa Nahoko. Desde pequeño siempre soñó con volar, aunque le faltaba vista como para ser aceptado como piloto. Por ello, decide trabajar diseñando aviones y se unió a la división aeronáutica de una compañía de ingeniería de 1927 para la que creó cazas de combate japoneses que luego se utilizarían para la 2ª Guerra Mundial. Aunque se trate de una película basada en la vida de Jiro y que recorre varios acontecimientos destacados de su vida, como el terremoto de Kanto de 1923 o el retraso tecnológico de Japón, la mayor parte de los detalles de su vida personal son ficticios.

El viento se levanta2

¿Pero para qué empañar con la realidad una ficción tan hermosa como la que nos presenta la película? La historia de amor de Jiro y Nahoko bebe de las fuentes del melodrama clásico, de esos romances tan puros como ingenuos que son trucados por las guerras y las enfermedades, y Miyazaki lo retrata con suma delicadeza y sentimiento. Por cierto, siempre es recomendable ver las películas en su versión original, pero la americana ha contado con un elenco de voces nada desdeñable y muy respetuoso con su referente japonés: Joseph Gordon-Levitt, Emily Blunt, Stanley Tucci, John Krasinski y Martin Short prestan sus cuerdas vocales a los personajes principales.

El viento se levanta3

El último trabajo de Miyazaki es el menos fantasioso, el más pegado a la realidad, pero sigue conservando la lírica y la belleza a pinceladas que caracteriza a toda su obra. Pasa de puntillas por el tema de que las naves que diseñó Jiro fueron utilizadas para la devastación de, entre otras, Pearl Harbor, aunque la historia no queda descolgada por ello. Su pasión era la aviación pero no era un simpatizante de la guerra, como se puede ver en la escena en la que contempla los aviones que ha ayudado a crear en llamas. Quizás sea por esa ausencia de fantasía por la que El viento se levanta no transmite ese áurea de obra maestra que sí tiene El viaje de Chihiro y también le falta la simpatía y el desparpajo de Ponyo en el acantilado, pero es a fin de cuentas una despedida bonita y tremendamente melancólica de un hombre que alzó el vuelo al plasmar sus sueños en imágenes que deslumbran a niños y mayores de ayer, hoy y siempre.

7’5/10

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