5/11/13

O.C: La mujer del cuadro (1944)

Poster La mujer del cuadro¿De qué va?: El profesor Wanley y sus amigos comienzan a obsesionarse con el retrato de una bella muchacha, que está expuesto en el escaparate contigo al club en el que se reúnen. Wanley conoce por casualidad a la mujer del retrato y acepta ir a su apartamento. Pero allí ocurrirá algo inesperado…

Comentario: Durante su etapa americana, Fritz Lang realizó, entre otras, una serie de películas policiacas que rompían los moldes clásicos del género. En el caso de La mujer del cuadro, adaptación libre de la novela Once Off Guard de J.H. Walls, su interés nos se basa en averiguar la identidad del asesino, sino en el conflicto interior que vive éste tras cometer el crimen y hasta su posible captura. Lang no pudo eludir los condicionamientos de la censura, por tanto, su desenlace no es todo lo arriesgado que podría haber sido. Aún así, siempre defendió el final definitivo, afirmando que sin él el resto de la historia no tendría sentido. El éxito de esta película propició que Lang repitiera un año después con el mismo reparto (Edward G. Robinson, Joan Bennet y Dan Duryea) en Perversidad, interpretando roles muy similares. Recibió una única nominación al Oscar por su banda sonora.

La mujer del cuadro

Comentario: La mujer del cuadro tiene todos los ingredientes de un thriller noir con la firma de Fritz Lang: suspense, ambientación, calidad interpretativa, estupenda dirección… Sin embargo, la película se queda un escalón o dos por detrás de Perversidad por algunos aspectos del guión que no me acaban de convencer, dos en concreto: uno es la torpeza del protagonista a la hora de borrar sus huellas (vale que los nervios le puedan, pero hay errores inconcebibles para un experto criminalista). El segundo y más grave es el giro final, que en cierta manera justifica toda la historia, con todos sus más y sus menos, pero que resulta muy facilón y decepcionante. Aunque tal vez sea que a estas alturas nos conocemos demasiado bien este manido recurso y que por ello me lo haya olido desde el principio del filme. Pero claro, el pobre Fritz Lang no tiene la culpa de de su mal uso a posteriori.

Próximo visionado: El maquinista de la general (1926)

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