13/3/14

O.C: All That Jazz (1979)

Poster All that jazz¿De qué va?: Joe Gideon es un coreógrafo y director de teatro adicto al trabajo. Está preparando la coreografía de su próximo espectáculo de Broadway al mismo tiempo que monta una película para Hollywood sobre un monologuista cómico. Gideon lleva una vida de excesos, fumando un cigarrillo tras otro, acostándose con las bailarinas que conquista, tragando multitud de pastillas y llevando un ritmo de trabajo que acaba pasándole factura.

Reputación: El director y coreógrafo Bob Fosse concibió All That Jazz inspirándose en el intenso período de trabajo que vivió cuando editaba su película Lenny al tiempo que preparaba el musical Chicago para Broadway, provocándole un ataque al corazón en 1975. Muchos de los personajes del filme están basados en personas reales del mundillo teatral de Nueva York. Por ejemplo, el personaje que interpreta John Lithgow está basado en Michael Bennett, director de Dreamgirls con el que Fosse mantuvo una larga rivalidad. El estudio no quería a Roy Scheider para el papel protagonista, sino a Warren Beatty o a otro actor que fuese más aclamado por la crítica, pero Fosse se plantó y luchó por Scheider, quien acabaría siendo nominado al Oscar por su interpretación. El presupuesto de la película pasó de los 6’5 millones de dólares previstos a los 10 millones, debido principalmente al número musical que cierra la película. Aunque el estudio, Columbia, se negó a concederle más dinero, llegó a un acuerdo con Fox para que co-financiara el proyecto a cambio de la mitad de los beneficios que produciría. El filme fue un éxito más de crítica que de público, ganando la Palma de Oro del Festival de Cannes junto a Kagemusha: La sombra del guerrero y ganando 4 Oscar de los 9 a los que aspiraba: mejor banda sonora adaptada, vestuario, dirección artística y montaje.

All that jazz
Comentario: All that Jazz es un musical bastante raro e inusual. Es Bob Fosse sin ataduras ni complejos, haciendo lo que le da la real gana después de haber tonteado con la muerte y tras haberse visto reflejado en un espejo cuya imagen proyectada decía “sí, soy un genio, he vivido como he querido pero sacrificando muchas cosas por el camino”. En la primera mitad de la película muestra cómo se monta un musical entre bambalinas, quitándole el glamour a la profesión y sin disimular los chorros de sudor de los bailarines. En la segunda, el espectáculo sufre un revés pero continúa, de forma más onírica y desequilibrada. No es de los mejores musicales de la historia ni de los más impresionantes pero es igualmente válido por su falta de inhibiciones y por ese número final que nos hace soñar a todos con una despedida del mundo igual de alegre, emotiva y pegadiza.

Próximo visionado: El manantial (1949)

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