14/11/19

O.C: La mujer y el monstruo (1954)

¿De qué va?: Una expedición científica en busca de fósiles en el río Amazonas es interrumpida por un sorprendente e inesperado hallazgo: una criatura monstruosa mitad hombre mitad anfibio que se ha enamorado de la prometida de uno de los investigadores.

Reputacion: La idea de la película le llegó al productor William Alland cuando descubrió una leyenda suramericana sobre una criatura en el Amazonas que cada año rapta a alguna joven de las aldeas cercanas. La diseñadora Milicent Patrick creó el diseño de la criatura, pero fue un hombre, Bud Westore, que era el director del departamento de maquillaje de Universal de la época, el que se llevó el crédito. La criatura fue interpretada por dos especialistas diferentes: Ben Chapman, que rodaba las escenas donde el monstruo camina por tierra firme, y Ricou Browing, que se encargaba de las acuáticas. El traje era de caucho, estaba dividido en piezas articuladas, costaba 18.000 dólares y se necesitaban tres horas para montarlo. Dado el éxito que cosechó la película, se produjeron rápidamente dos secuelas: El regreso del monstruo (1955) y El monstruo vengador (1956). Por otra parte, influyó a directores como Steven Spielberg a la hora de rodar las escenas acuáticas de Tiburón (1975) y a Guillermo del Toro en La forma del agua (2017). También era una de las películas favoritas de Ingmar Bergman, que la visionaba siempre el día de su cumpleaños.


Comentario: La mujer y el monstruo (Creature from the Black Lagoon) es una producción de serie B con todas las de la ley pero con un buen puñado de hallazgos: la imagen de la protagonista nadando mientras es acechada por la criatura por debajo de ella resulta tan hermosa como inquietante; el propio bicho da bastante repelús, como se demuestra en el plano en el que mira fijamente a cámara cuando está atrapado en la jaula; y la película también da espacio a un pequeño debate personificado en los dos protagonistas masculinos (Richard Carlson y Richard Denning) acerca de si lo desconocido debe ser abordado con curiosidad científica o violencia. Si se visiona sin juzgar su ingenuidad añeja, comprobaremos que se trata de una película que a día de hoy sigue siendo muy disfrutable y que tiene mucho encanto.

Próximo visionado: La posesión (1981)

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