15/5/18

O.C: Las señoritas de Rochefort (1967)

Poster Las señoritas de Rochefort¿De qué va?: Delphine y Solange Garnier, dos gemelas que se ganan la vida dando clases de música y danza, deciden marcharse a París para proseguir sus respectivas carreras profesionales y encontrar a su hombre ideal. El último fin de semana que pasan en Rochefort cambia por completo sus vidas... y las de casi toda la población, tras la llegada de un grupo de feriantes que se instala en la plaza principal.

Reputación: Homenaje al musical de la Edad de Oro de Hollywood por parte de Jacques Demy, quien antes de elegir Rochefort como el escenario de la película, consideró Avignon, Toulouse y La Rochelle entre otras localizaciones francesas. Finalmente se decantó por Rochefort debido al tamaño de su plaza principal, aunque el diseñador de producción, Bernand Evein, tuvo que mandar a repintar 40.000 metros cuadrados de las fachadas del lugar. La única interprete que no fue doblada en los números musicales fue Danielle Darrieux, que encarnaba a la matriarca de las protagonistas, Catherine Deneuve y Françoise  Dorleac, también hermanas en la vida real, pero no gemelas. Desgraciadamente, Dorleac murió a los 25 años en un accidente de tráfico, tan solo tres meses después del estreno de la película en Francia, y casi un año antes de su lanzamiento en Estados Unidos, donde recibió una nominación al Oscar a la mejor banda sonora adaptada. La cineasta Agnès Varda, esposa de Jacques Demy, hizo un cameo encarnando a una monja que visita una tienda de música, y realizó en 1993 el documental Les Demoiselles ont eu 25 ans, sobre el rodaje de la película y el impacto que causó en los habitantes de Rochefort. En 2003, el film fue adaptado para el teatro, con cuatro canciones nuevas, y salió de gira por toda Francia, además de ser una de las principales inspiraciones de Damien Chazelle para La La Land (2016).

Las señoritas de Rochefort

Comentario: Tres años después de estrenar la melancólica Los paraguas de Cherburgo, Jacques Demy presentó este alegre musical en el que la presencia de Gene Kelly no hace más que reafirmar que se trata de un cariñoso tributo al musical clásico americano, a su ingenuidad y su inmensa capacidad para hacernos soñar despiertos. Entre canciones, enredos, encuentros y desencuentros, las gemelas sueñan con mudarse a París y nosotros con recorrer las calles de esa colorida y soleada localidad en la que algunos de sus habitantes se encuentran más cerca que nunca de alcanzar por fin el amor ideal, algo que seguramente Demy creía que sólo podía existir en un musical de Hollywood, de ahí su absoluta entrega por hacer que nos olvidemos durante dos horas del mundo real, y así volver a creer en flechazos apasionados, finales felices y celebraciones del amor en forma de bailes espontáneos. Porque hay ocasiones en las que merece la pena dejar el escepticismo aparcado.

Próximo visionado: Entre tinieblas (1983)

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