20/8/18

O.C: Los caballeros de la tabla cuadrada y sus locos seguidores (1975)

Poster Los caballeros de la tabla cuadrada¿De qué va?: El rey Arturo y sus fieles caballeros se embarcan en una búsqueda surrealista  (y de bajo presupuesto) en busca del cáliz sagrado, topándose por el camino con muchos, muchos obstáculos absurdos.

Reputación: La considerada por muchos como una de las mejores comedias de la Historia fue en parte financiada por las ventas del álbum  The Dark Side of the Moon de Pink Floyd. La banda era tan fan del programa de los Monty Python que detenía sesiones de grabación para poder ver en la tele su programa, Flying Circus. El presupuesto del film fue de unas 229.000 libras, una cuantía muy ajustada que obligó al equipo de rodaje a grabar todo en un mes y a hospedarse en hoteles con un número limitado de baños y agua caliente, así como a reemplazar los caballos que no se podían permitir con el famoso gag de chocar dos mitades de un coco para simular su galope, una idea que se tomó prestada del medio radiofónico. Otro de la complicaciones por las que pasó la producción fue que Graham Chapman, el rey Arturo en la película, pasaba por una grave fase de alcoholismo durante el rodaje que sus compañeros desconocían, y que había empezado como remedio para liberar el estrés que acumulaba durante la grabación de la serie. Terry Jones y Terry Gilliam compartieron el crédito de director de la película, pero no hubo buena sintonía entre ellos durante la producción: mientras que Jones centraba sus esfuerzos en que la comedia funcionara siempre, Terry daba más prioridad al apartado técnico, por lo que al terminarla, pactaron que a partir de entonces, el único encargado de dirigir las películas de los Monty Python fuese Jones. A pesar de todos los contratiempos, la cinta resultó una gran inversión al recaudar 5 millones de dólares en todo el mundo, lo que permitió que La vida de Brian (1979) contase con un presupuesto de 4 millones.

Los caballeros de la mesa cuadrada


Comentario: Le debo un segundo visionado a La vida de Brian. La vi siendo joven e inexperto, junto a amigos que también lo eran, y no le encontramos ni una pizca de gracia. Ahora bien, puede que no sea una cuestión de torpeza, sino de que simplemente el humor de los Monty Python no está hecho para mí. En Los caballeros de la tabla cuadrada y sus locos seguidores, reconozco su creatividad a la hora de aprovechar al máximo sus limitados recursos y de hacer un humor que ahora está muy extendido pero que en aquel entonces debía ser considerado una extravagancia minoritaria, cargado de gags recurrentes, diálogos muy ‘meta’, dobles sentidos y cosas muy marcianas como el conejo asesino o los caballeros que dicen Ni, que solo pueden ser fruto de unas mentes muy brillantes, pero la película en ningún momento se convierte para mí en ese festival de risas que se supone que es; de hecho, el último tramo se me hizo un poco pesado. Si es cuestión de humor absurdo, tiro para lo patrio y me quedo con Amanece, que no es poco (1989), que cuenta con personajes más entrañables y un puñado de frases mucho más memorables.

Próximo visionado: La novia de Frankenstein (1935)

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