7/11/16

La mujer y la Tierra

Poster El techo del mundoHace exactamente un mes se estrenó en España, muy de tapadillo, El techo del mundo (Tout en haut du monde), película de animación franco-danesa dirigida por el debutante Rémi Chayé, que había trabajado anteriormente en producciones como El secreto del libro de Kells y (2009) y El lienzo (2011). Más allá de ganar premios en los festivales de cine de animación de Annecy y Tokyo, la cinta no tuvo más repercusión, lo que le confiere una merecida condición de joya escondida. La historia arranca en el San Petersburgo de 1882 y se centra en Sasha, una joven de la aristocracia rusa que ha crecido bajo la influencia de su aventurero abuelo, un explorador famoso que capitaneaba un gran navío insumergible que jamás volvió de su última expedición al Ártico. Cuando sus padres insisten en que se centre en buscar marido, Sasha se rebela y decide huir de casa para seguir una nueva pista que podría conducir al paradero del barco.

El techo del mundo

Como ya se puede intuir en la premisa, El techo del mundo es la historia sobre la emancipación de una mujer dentro de una sociedad tan patriarcal como la Rusia zarista (y la actual casi que también). Sasha no sólo reniega del destino que le ha impuesto su condición noble, sino que va a iniciar un periplo en el que tendrá que aprender a valerse por sí misma, a derribar los prejuicios que tienen sobre ella una tripulación formada íntegramente por hombres, a levantar la voz y a ser fiel a sus convicciones, pase lo que pase; todo con el objetivo de hallar respuestas y así, rendir tributo a su abuelo por todo lo que él le enseñó. Se trata del popular viaje iniciático del héroe con un espíritu modernamente feminista y clásicamente aventurero, pues concibe la aventura de forma realista, sin exagerar ni multiplicar los obstáculos que tiene que superar nuestra heroína para completar su viaje, poniendo más énfasis en la evolución de los personajes ante las situaciones que se les presentan que en estas últimas.

El techo del mundo2

El film dura unos ajustados 80 minutos, pero no le sobra ni le falta nada porque va directamente al grano, sin florituras ni rellenos innecesarios.  La trama es clara, precisa y hermosa, al igual que su animación, basada en una amplia gama de colores planos sumamente atmosférica y expresiva, acompañada de un notable apartado sonoro y musical. En su sencillez, El techo del mundo es una obra ejemplar, la demostración perfecta de que con muy poco, sin excesivas pretensiones ni grandes alardes técnicos, se pueden construir grandes y honestas historias humanas que alimentan el corazón y el intelecto.

8/10

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