18/2/13

Reflexión post-Goyas: Dando la nota

Durante los casi 6 años que llevo escribiendo este blog sólo he hecho crónica de los premios Goya en un par de ocasiones. No me considero un ávido consumidor de cine español pero tampoco soy uno de esos que rechazan por completo todas las películas patrias y que luego se maravillan con las que son de aquí pero rodadas en inglés, como Lo imposible, simplemente porque no parecen españolas. Creo que se hace muy buen cine español, más allá de las cuatro películas que suelen acaparar todas las nominaciones a los Goya, pero la ceremonia de ayer me ha recordado por qué no suelo simpatizar con estos premios, tanto a la hora de escoger a sus ganadores como en la realización de su ceremonia.

Los Goya

En lo que se refiere a los premios propiamente dichos, me parece muy lógico que la Academia, como española que es, quiera recompensar a los intérpretes patrios, pero no entiendo entonces por qué cada año nominan a actores extranjeros que por muy bien que estén en sus películas jamás ganarán por el simple hecho de ser de fuera. En realidad sí que lo entiendo, porque queda muy bien que estrellas como Rachel Wesz, Nicole Kidman o Ryan Reynolds acudan a la ceremonia, que nunca vienen, y lo comprendo porque no entenderían ni papa, como le pasó anoche a un Tom Holland sin traductor. Pero lo que ha pasado este año, con Naomi Watts nominada al mayor premio de la industria cinematográfica perdiendo ante Maribel Verdú (cuyo trabajo no quiero desmerecer en absoluto pero al rey lo que es del rey) denota el complejo que tiene la Academia de que si premian a alguien de fuera sería como afirmar que los actores españoles son inferiores a los extranjeros. Benicio Del Toro fue la excepción que confirma la regla pero ojo, que él si que habla español y vino a la ceremonia.

Maribel Verdu

Tampoco entiendo por qué sigue existiendo la categoría de actor y actriz revelación cuando se ha prohibido que los menores de 16 años puedan ser nominados por no sé qué rollo de que los ganadores pasarían a formar parte de la Academia y son obligados a pagar una cuota anual. Que actuaciones tan estupendas como la de la pequeña Sofía Oria en Blancanieves queden excluidas y en cambio se nomine y premie a actores con una amplia carrera como intérpretes me hace pensar que esta categoría es un sinsentido absoluto.

Eva Hache

Y ya entrando a analizar la ceremonia, la de ayer ha repetido los fallos que acusa siempre: El monólogo inicial de Eva Hache estuvo bien pero en el resto de sus intervenciones no estuvo nada inspirada, teniendo que recurrir al chiste político para arrancar las carcajadas del público. Ni qué decir que los sketches en los que se mete en las películas nominadas fueron tan poco graciosos como los que perpetró el año pasado. Mucho mejor estuvo la participación de la cantera de Muchachada Nui aunque de haber sido más concisa hubiera estado mejor. El discurso de Concha Velasco al recoger su Goya Honorífico fue estupendo aunque se vio eclipsado por un número musical tan sonrojante como los que nos ha obsequiado la ceremonia en los últimos años. Queremos ser unos premios con entidad propia pero luego intentamos emular a los Oscar y fracasamos, obviamente, porque no tenemos el sentido del espectáculo de ellos.

Concha Velasco

Como ya es una costumbre anual, el presidente de la Academia echa la culpa de la eterna crisis del cine español a la piratería en vez de hacer una introspección sobre qué es lo que puede fallar en nuestra industria para que siempre haya que depender de un gran hit español para poder hacer un buen balance a finales de cada año. Y más allá de los discursos eternos y los presentadores sin chispa, el momento más bochornoso de la noche fue cuando se equivocaron al dar el nombre del Goya a mejor canción y el pobre y virtual ganador tuvo que recular a mitad de camino para que luego la pareja de presentadores se cachondeara del momento y no dieran una explicación hasta el día después. Para mear y no echar gota.

Pablo Berger

Y esto era todo lo que quería despotricar sobre los Goya. En realidad, poco tengo que decir de los premiados porque me parece que Blancanieves y Lo imposible han sido justas vencedoras en casi todos los premios que recolectaron, y en cuanto a las reivindicaciones son necesarias porque muestren el malestar del sector y el pueblo español, lo contrario sería hipocresía, aunque si es verdad que Candela Peña mintió diciendo que su padre murió en un hospital sin mantas ni agua es algo injustificable. Para consular la lista de ganadores les dejo el link de Filmaffinity porque no quiero empacharme de premios, que el próximo fin de semana son los Oscar y al menos ahí son más discretos cuando se equivocan a dar a conocer a los ganadores… Y si no que se lo digan a Marisa Tomei.

4 comentarios:

Chucho dijo...

De acuerdo en todo, menos en lo que dices de que el "activismo" político es necesario. Es lamentable. Ricos, ricos, ricos, con alma de pobres, pobres, pobres. La repolla.

Mierda de país.

Blanch dijo...

Hombre, si no se manifiestan ellos contra los recortes en cultura no sé quien lo hará porque les afecta directamente, y lo mismo pasa con la corrupción política. Cuentan con una plataforma para manifestar el malestar general, y si lo aprovechan no me parece mal.

Luego está el caso de Javier Bardem que tiene una doble moral al tener una fachada de populista cuando en realidad se comporta como una estrella de Hollywood.

Cristina Riveira dijo...

El director del hospital donde murió el padre de Candela niega que eso fuese cierto y vecinos que estaban presentes en el hospital esos días también lo niegan. Maribel Verdú hizo propaganda de hipotecas basura para algún banco e iba vestida de Dior.
Qué vergüenza, usar un espacio público para hacer propaganda de sus propios criterios políticos..porque digo yo que no todos los de la academia piensan igual ¿no?
¿Y el dinero de las subvenciones? Quiero cine de calidad y si no es bueno NO quiero que mi dinero lo financie.
Siento que esto pueda parecerle mal a algunos pero si no es suficientemente bueno para ser rentable es que no es buen cine. Y punto.

Eduardo dijo...

Con los premios siempre pasa igual, se eligen cosas que uno no comprende el por qué y se dejan fuera otras que nos puede parecer una injusticia, finalmente estas premiaciones son solo importantes para la gente de la industria, para ganar más dinero o símplemente para engrandecer egos, una película es buena cuando te deja algo en tus pensamientos y sentimimientos, haya ganado premios o no, eso no debe de importar.

Saludos desde México, genial blog!