3/12/11

O.C: La quimera del oro (1925)

Poster La quimera del oro

¿De qué va?: Un solitario buscador de oro llega a Alaska. En medio de una tormenta encuentra refugio en una cabaña, donde vive un bandido llamado Larsen, y al que pronto se le añadirá otro huésped, el gigante Mac Kay. Los tres se enfrentan a una aventura por separado que conducirá al solitario buscador al cabaret del pueblo, donde se quedará prendado de la bella Georgia.

Reputación: Una de las películas mudas más emblemáticas de Charlie Chaplin. En un primer momento, se estrenó en 1925 pero en 1942 volvió a los cines con algunos cambios: música y narración en off del propio director, un final distinto y se pasó de 18 a 24 fotogramas por segundo para que los intervalos entre secuencias cómicas resultaran más cortos. Esta segunda versión consiguió dos nominaciones a los Oscar de mejor sonido y banda sonora. Chaplin escribió el guión inspirándose en documentación gráfica de la fiebre del oro de Klondyke y en el libro sobre el desastre del conocido como grupo Donner, el cual se quedó incomunicado en Sierra Nevada durante el invierno entre 1846 y 1847, recurriendo algunos de sus miembros al canibalismo para poner sobrevivir. El rodaje de la película, que se extendió durante 14 meses, fue un infierno, puesto que la mayoría de las escenas que se rodaron en entornos naturales tuvieron que ser regrabadas en el estudio. Aún así, Chaplin dijo en varias ocasiones que La quimera del oro era la película por la que quería ser recordado.

La quimera del oro 
Comentario: A mal tiempo, buena cara. Tal vez ésa haya sido una de las máximas que se marcó Charles Chaplin a lo largo de su fructífera carrera, pues fue capaz de sacarnos una sonrisa ante situaciones que, en otras circunstancias y con otros condicionantes, no tendrían nada de gracia. Mucho antes de parodiar un tema tan delicado como es el nazismo en El gran dictador, Chaplin recreó la lucha y las miserias por las que pasaban los codiciosos buscadores de oro para colocar en el centro de la acción a un humilde y bonachón personaje capaz de comerse una bota antes de que se le pueda pasar por la cabeza lo que haría la mayoría con tal de sobrevivir en una situación tan extrema, alimentarse con un perro o del compañero. Ésta, junto a la escena en la que hace un baile con los panecillos, ha pasado por méritos propios al imperecedero imaginario colectivo por la sencilla genialidad en la que están resueltas. Gran comedia muda que afortunadamente nunca pasará al olvido.

Próximo visionado: La diligencia (1939)

1 comentario:

Jose Barriga dijo...

Luces de la Ciudad y La quimera del Oro, son mis favoritas de Chaplin. Es mágica es encantadora y vienen y siempre confirman lo grande que es el cine.