15/10/11

O.C: Arsénico por compasión (1944)

Poster Arsenico por compasión¿De qué va?: Un crítico teatral que acaba de casarse decide visitar a sus ancianas tías antes de irse de luna de miel.  Durante la visita descubrirá que las encantadoras viejecitas tienen una manera muy peculiar de practicar la caridad: acaban con la vida de los hombres solteros que sufren de soledad con una combinación de bebidas mortales para luego enterrarlos en su sótano.

Reputación: Arsénico por compasión procede de la obra Arsenic and Old Lace (Arsénico y encaje antiguo) escrita por el dramaturgo Joseph Kesselring que fue estrenada con gran éxito en las tablas de Broadway. El director Frank Capra se encargó de dirigir la adaptación cinematográfica bajo un libreto escrito por los guionistas de Casablanca, los hermanos Julius y Philip Epstein. Pese a haber sido rodada en 1941 la película se estrenó tres años después, cuando la obra finalizó su temporada en Broadway, y contó con varios de sus intérpretes originales: Josephine Hull y Jean Adair como las hermanas Brewster y John Alexander, que encarnaba a su chiflado sobrino. Desafortunadamente, con quien no pudieron contar fue con Boris Karloff, el mítico Frankestein, al que le sustituyó Raymond Massey, lo cual dio pie a varios chistes sobre el parecido que mantenía con Karloff tras haber sido caracterizado para la película. Su protagonista, Cary Grant, afirmó en varias entrevistas concedidas al final de su carrera que fue el papel que más disfrutó.

Arsenico por compasion 
Comentario: Películas como Doce hombres sin piedad o Arsénico por compasión demuestran que se pueden contar grandes historias heredadas del teatro y ambientadas entre cuatro paredes sin resultar monótonas y estáticas. De hecho, Arsénico por compasión tiene mucho de sitcom aunque no tenga esas risas enlatadas que a veces resultan tan molestas. El filme no las necesita, es capaz de generar por sí solo muchas carcajadas, teñidas de negro por lo macabro que puede resultar el asunto, y es que la labor humanitaria de las ancianitas recuerda bastante al espinoso tema de la eutanasia. La escena en la que un desmadrado Cary Grant descubre a lo que se dedican sus queridas tías con una tranquilidad surrealista es de lo más divertido del espectáculo y el personaje del sobrino que se cree Theodore Roosevelt anticipa lo que vendría a proclamar años después El invisible Harvey: para ser feliz en este mundo lo mejor es hacerse el loco.

Próximo visionado: Marty (1955)

2 comentarios:

Aineric dijo...

A mí esta peli me encantó. Lo que me pude reír con la caras de Grant! jajaj

Chechu dijo...

Yo recuerdo verla con mi madre hace muchos años. Y no parábamos de reír.